Reducir el consumo de sal
Comer con mucha sal no es bueno. Lo dicen los médicos, los especialistas en Nutrición y también la Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho, el alto consumo de sodio provoca la muerte de 3 millones de personas en el mundo al año. Y está demostrado que, de media, se consume el doble de sal de lo recomendado, 5 gramos de sal o 2 gramos de sodio al día.
Da igual lo que digan tu padre o tu marido. De hecho, son los hombres y las personas con mayor índice de masa corporal quienes consumen la mayor cantidad de sal. Y no es necesario, porque tal y como explica Marina Escudero, nutricionista y enfermera del Centro de Salud Integrado Denia II, que gestiona el grupo sanitario Ribera en el Departamento de Salud de Denia, “la sal ya está presente de forma natural en los alimentos y toda la que añadimos es innecesaria para nuestro organismo”.
El argumento del aumento de temperatura y la pérdida de líquido, por el sudor, tampoco es excusa. La nutricionista de Denia explica que “aunque en verano tengamos unas mayores pérdidas de agua y electrolitos, no se recomienda un aumento del aporte de sal en dicha estación, si no que se incremente el aporte de agua y alimentos ricos en ella que además de aportar los minerales propios de la sal, contienen otros imprescindibles para la vida que no encontramos en ella”.
Es verdad que en verano nos pierden los aperitivos… pero estos no tienen por qué ser poco saludables. Debemos evitar todos aquellos alimentos o preparados con más de 1.25 gramos de sal por cada 100 gramos o 100 ml de producto. Marina Escudero nos propone snacks o entrantes saludables.
Picoteos y entrantes sanos y con poca sal
- hummus con zanahoria o pepino
- frutos secos naturales o tostados sin sal
- altramuces
- encurtidos bien enjuagados
- ensaladas variadas
- verdura a la plancha o cruda en forma de sticks
- tzatziki (plato turco a base de yogur, pepino, agua y ajo)
- queso fresco
- fruta
- smoothies (batidos de fruta con leche)
- gazpachos
- cremas frías de verduras
Consejos para reducir el consumo de sal
- No añadir sal a los alimentos, a los guisos, o a las ensaladas. Reemplazar el sabor con hierbas, especias, limón, vinagre, pimienta, ajo, etc.
- No echar sal mientras cocinamos, si no echarla mejor cuando ya te hayas servido y probado la comida.
- Elegir productos frescos siempre que sea posible: carne y pescado fresco, frutas y vegetales. Estos alimentos contienen poca sal.
- Evitar alimentos salados: frutos secos salados, aperitivos, embutidos, salchichas, alimentos enlatados, sopas de sobre, bollería comercial, quesos curados, salsas en sobre, etc.
- Cuando vayamos a la compra, debemos elegir las marcas de los productos que contengan menos sal, y para ello debeos leer siempre el etiquetado nutricional.
- Tener en cuenta qué la cantidad de sal consumida va en relación con la cantidad de alimento ingerido, porque no son los alimentos con más contenido en sal los que siempre van a aportar más sal a nuestra dieta. Si tomamos mucha cantidad de un alimento con una proporción “media” de sal, terminaré por ingerir mucha sal.
- No es necesario dejar de comer alimentos con alto contenido en sal, simplemente reducir su frecuencia de consumo e intentar elegir la opción o marca que contenga menos. De esta forma se fomenta el consumo de alimentos con menos sal.